Disturbios de Gasolina

Image via Zinn Education Project

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Betsy Diana Cervantes, Writer

 Esta historia es de lo que pasó entre  El paso, Texas y Juárez, México en Enero 28-30 de 1917. Todo empezó por una muchacha, Carmelita Torres. Trabajaba en limpieza en los Estados Unidos, pero cada mañana ella tenía que cruzar y al regresar les cortaban el pelo bien corto. Mexicanos tenían que bañarse desnudos con gasolina y otra solución y ocupaban una vacuna todos los días que regresaban. Hombres, mujeres y todos tenían que bañarse con la solución. Las cosas que  ocurrieron cerca del sitio del puente viejo de la Santa Fe, en el 1920 tumbaron el puente. Lo que pasó en ese tiempo fue feo y afectó al mundo negativamente, destruyó muchas vidas, y los químicos tóxicos mataron a mucha  gente.  

La mayoría de los historiadores se han olvidado de este oscuro incidente que tuvo lugar en la frontera en 1917. Escuché por primera vez la política del gobierno de los Estados Unidos que provocó estos disturbios cuando todavía estaba en la escuela secundaria. Una noche, durante una cena familiar, mi tía abuela Adela De Esta historia es de lo que pasó entre  El paso, Texas y Juárez, México en Enero 28-30 del 1917. Mi tía abuela, que trabajaba como empleada doméstica en El Paso durante la revolución, nos dijo que se sentía humillada por ser tratada como una “mexicana sucia”. Ella relató cómo en una ocasión los funcionarios de aduanas de EE. UU. Pusieron su ropa y zapatos en una gran secadora (secadora) y sus zapatos se derritieron.

El jurado compartió sus recuerdos con nosotros sobre sus experiencias de joven durante la Revolución Mexicana. Recordó que las autoridades estadounidenses la obligaban a ella y a todos los demás mexicanos de clase trabajadora a bañarse y a ser rociados con pesticidas en el Puente de Santa Fe cada vez que necesitaban cruzar a los Estados Unidos. Mi tía abuela, que trabajaba como empleada doméstica en El Paso durante la revolución, nos dijo que se sentía humillada por ser tratada como una “mexicana sucia”. Ella relató cómo en una ocasión los funcionarios de aduanas de EE. UU. Pusieron su ropa y zapatos en una gran secadora (secadora) y sus zapatos se derritieron.

Carmelita Torres era una muchacha de 17 años que cruzaba la frontera a diario de Juárez a El Paso para limpiar casas, Carmelita negó bañarse con desinfectantes tóxicos.  ella comenzó un disturbio en el tiempo, el alcalde le tenía miedo a todo los gérmenes que traían, decían que cada vez que regresaban traían piojos. El alcalde en ese momento tenía mucho miedo a los gérmenes y temía que los migrantes mexicanos trajeran piojos, dijo, “Y estaba realmente preocupado de que estuvieran trayendo fiebre tifoidea.”